El proyecto del tanatorio de Tomelloso destaca por la singularidad de sus fachadas, donde predomina a la vista el juego de huecos sólo aparentemente aleatorio que se insertan en la fachada. Estos huecos, en el interior, aportan luminosidad y amplitud. El blanco predomina en todo el edificio, como un recurso más para llevar esa luz a todos los rincones.